Mi tiempo

«¿Pero quién se ha llevado mi tiempo?» Cada vez queremos hacer más cosas pero cada vez tenemos menos tiempo… el día para muchos se ha convertido en una lucha por hacer cuando antes un montón de cosas que han metido a calzador en su agenda. ¿Es una cuestión de más horas del día o de elegir mejor?

Hace unos meses te contaba cómo me organizo en mis dos trabajos. Una de las cosas que más me han ayudado en estos dos últimos años ha sido proteger mi propio tiempo. Y eso significa tener muy claro:


QUÉ VOY A HACER + CUÁNDO LO VOY A HACER + QUÉ NO VOY A HACER

Nos falta tiempo porque lo regalamos. Lo regalamos alegremente a otras personas. Lo regalamos a actividades que no valen para nada. Lo regalamos a compromisos que no nos aportan. Lo regalamos porque hacer más suena divertido. Lo regalamos para quedar bien. Lo regalamos porque no sabemos lo que perdemos. Lo regalamos porque en el fondo no tenemos claro qué queremos.

Nos encanta lloriquear lamentando el tiempo que nos falta pero luego no hacemos nada. Cuando empiezas a tomarte en serio esto empiezas a proteger tu propio tiempo y consigues tiempo de calidad. Un tipo de tiempo en peligro de extinción que te permite:
Estar más centrado en lo importante, en tus verdaderos objetivos y metas.
Limitar el número de actividades y compromisos a los que dices «sí».
Ser más consciente de lo que haces en lugar de dejarte llevar por todo y todos.
Encontrar tiempo para cosas que llevabas posponiendo durante meses.
Sentir más libertad. Tras mucho tiempo te ves a los mandos de lo que haces.

Y qué es exactamente “proteger mi tiempo”. En mi caso, durante todo este tiempo ha sido:


— Reforzar el tiempo y la atención que invierto tanto en mis tareas como en actividades clave de mi día.

— Tener un ojo puesto en cosas diarias que tengo que hacer pero que potencialmente pueden quitarme mucho tiempo (energía, atención, intensidad…).

— Reforzar mi voluntad y capacidad para decir «no» a algo o a alguien.

— Ser expeditivo con actividades y tareas basura que yo mismo me invento de la nada. (Cosas atractivas en el momento que surgen o se me ocurren pero que luego, como una aspiradora, succionan mi tiempo de calidad.)

“Proteger tu tiempo” no es comprar un reloj nuevo que cuente los minutos más despacio, o esperar a que alguien invente los días de 30 horas. Es ser más consciente de qué actividades haces, cuándo las haces y de lo que no vas a hacer. Es elegir mejor.


Por Berto Pena

No hay comentarios.:

Con tecnología de Blogger.