Árbitros perfectos

Por Mario Espinosa Flores

En un país donde los ingenieros civiles no pueden arreglar la platina de un puente; se duró treinta años para hacer la carretera a Caldera y no sé cuántos para hacer la costanera; los periodistas no saben usar los punto y comas; usan a través de… para todo y se les olvida usar por medio de …; donde los magistrados se recetan las pensiones y sueldos que les viene en gana; la Asamblea Legislativa en vez de legislar, dialoga; la mitad de los motociclistas no tienen licencia; los estudiantes quedan muy abajo en el examen FIA; los periodistas deportivos dicen habían, habrán, han habido; donde los locutores deportivos no saben la diferencia entre lejos (adverbio) y largo (adjetivo); los locutores de TV dicen quince aniversario en vez de décimo quinto, veinte aniversario en vez de vigésimo (miedo a los ordinales que se aprenden en primer grado de la escuela); delanteros que hacen 20 tiros a marco para tirar uno por dentro y de vez en cuando, anotar un gol; directores técnicos que lo que hacen es discutir con el cuarto árbitro en vez de ver qué hacen sus pupilos (uno de Puntarenas recuerdo que mientras se peleaba con el cuarto árbitro, Saprissa le metió tres goles y perdieron la ventaja que se habían ganado); ahora hay otro cuyo trabajo es discutir con el cuarto árbitro y señalarle los penales que no marcó el principal para ganar una publicidad nada recomendable; en un país donde nadie tiene, lee o estudia el reglamento de fútbol (lo que le gusta es discutir o alegan que no son reglamentistas); en este país se ruega por tener árbitros perfectos que le ganen incluso a diez cámaras que ven una jugada desde diez ángulos diferentes en el tiempo que el director de cámaras de la televisión se toma para repetirlas.

¡No es justo!