Evaluación de daños ambientales
Por MariHo
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Este documento puede ser el detonante para la
profundización de una temática que quizás está algo alejada de lo que
clásicamente se conoce como peritaje y avalúo en la ingeniería. La valoración
del daño ambiental es una temática relativamente poco desarrollada en nuestras
fronteras, tanto desde el punto de vista técnico como desde el punto de vista
legal; ambas deben ir de la mano ya que hay una alta relación simbiótica .
Las conclusiones que se pueden extraer de un texto que
abarca con bastante profundidad la valoración económica del daño ambiental desde
el punto de vista técnico son múltiples, especialmente para los ingenieros en
topografía, como lo son la mayoría de estudiantes del curso de Peritaje y
Avalúos de la Universidad Autónoma de Centro América, ya nos permite conocer
una manera en que podríamos abordar una valoración de un bien inmueble que haya
sufrido de un daño ambiental y el cual también tendríamos que valorar e
incluirlo como curación, aunque no estoy seguro de que sea el término correcto.
Al artículo nos da a entender de manera subrepticia
quizás, que para poder abordar una valoración de este tipo es necesario
capacitarnos en otras temáticas ajenas a nuestra profesión, pero que de alguna
manera se relacionan con nuestros quehaceres diarios como gestores del
territorio, por ejemplo, en oficinas municipales de planificación urbana o como
encargados de sistemas de castastro que, en última instancia, deben tener una visión
holística del territorio, no se puede separar el ambiente nunca de estos
sistemas ni pensarse como una variable o capa más, porque el ambiente es
soporte vital para las actividades del ser humano, es parte inseparable del
ecúmene. Por lo tanto, es ineludible que ante esta situación, nuestro enfoque de lo que debemos o
no conocer cambie y ampliemos un poco nuestro universo de conocimientos. Hay
que entender un poco mejor sobre biología, biogeografía, geomorfología,
hidrografía, edafología, ecología, paisaje, geopedología e inclusive de
geografía económica, distribución espacial de las actividades productivas y con
ello poder valorar un daño ambiental de manera más precisa.
Este artículo también deja claro que es absolutamente
indispensable, sin discusión alguna, el rodearnos ante una situación de
valoración del daño ambiental, de un equipo multidisciplinario con el
conocimiento necesario en ambiente desde su parcela profesional, permitiéndonos
esclarecer los factores que fueron dañados, en qué magnitud e incidencia —tal y
como lo especifica el artículo— y que esta valoración se haga de la manera más
justa y precisa posible.
Otro tema que a juicio personal reviste de
dificultades, es el de conocer con fundamento y con cierta fidelidad el estado
inicial del ambiente o de un factor del mismo antes de que se produjese el
impacto ambiental que luego deriva en el daño. En nuestro país la única manera
de poder conocer este estado originario sería investigando si en la Secretaría
Técnica Nacional Ambiental existió una valoración ambiental previa y bajo qué
condiciones se otorgó la Licencia Ambiental. En estos expedientes hay registros
fotográficos, informes desde la perspectiva de varios profesionales, aunque con
la agravante de que no siempre se lleva a cabo un análisis biológico de la
propiedad sobre la que se quiere desarrollar un proyecto o actividad, por lo
tanto se pierde un punto de vista esencial y básico. La cuestión toma un cariz
espinoso cuando no existe la valoración ambiental previa de las oficinas de
ambiente en nuestro país, ya que tal y como el texto menciona, no existe un
Sistema de Vigilancia Ambiental (SIVA) que dé cuenta sobre el estado de
conservación del medio natural, lo que haría que la resolución de un caso de
este tipo sea algo único y, por lo tanto, lleno de incertidumbre, lo que lo
haría muy dificultoso. De todas formas esto no debe disminuir nuestro ímpetu y
siempre existirá la manera de abordar este tema.
Si analizamos la metodología propuesta en el artículo,
nos damos cuenta que la misma no hace gala de mayores dificultades, hay que
tener una cierta noción de ambiente, de remediación y de valoración económica,
pero tampoco es inaccesible: un ingeniero en topografía con cierta pericia
podría llevarla a cabo. Hay que tener una poca de creatividad para abordar una
valoración de este tipo y tener los contactos adecuados en caso de que nos
veamos sobrepasados por una temática en la cual somos neófitos sepamos a quien
acudir, pero es algo en al inicio de cualquier temática ocurre y que hemos
aprendido a valorar.
Este artículo cumple a cabalidad como primera
pincelada del tema. Nos permitirá manejar un vocabulario básico y tendremos una
metodología clara que podemos aplicar.
Evaluación de daños ambientales
Escrito por MariHo
el
mayo 25, 2017
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