Salud mental
Debe haber pocas más simples y más complicadas que tener control de uno mismo; en la lógica es algo súper simple :“control de los impulsos y reacciones propias”. Esto implica que hay una toma de decisión consciente analizando beneficios y consecuencias de cada acción que tomamos.
Esto implica algo simple, que es que el auto-control es un proceso que puede salir bien pero tiene algunas potenciales fallas/trampas, que como todo hoy en día está “preso” de muchos mitos que lo simplifican y que, más allá de sus ventajas, al ser un proceso implica que si perdés ese auto-control podés aprender de ese momento y mejorar sin quedar atado a un mal momento.
El auto-control es un proceso
El cínico diría “controlarse es fácil ¿por qué perderías el auto-control?“. Pero la realidad es más compleja, porque el auto-control implica trabajo y necesitás entender algunos mitos del mismo:
- “El autocontrol es innato“: mentira, es como un músculo que se fortalece con la práctica.
- “La fuerza de voluntad es ilimitada“: creer que la fuerza de voluntad es inagotable ignora la realidad del agotamiento por decisiones a las que cualquier persona está expuesta constantemente, sin descanso, y sin dedicarle tiempo a tu salud mental el auto-control puede agotarse.
- “Es resistir tentacion”: esto es una sobresimplificación y deja de lado el entender las emociones, pensar a largo plazo, mantener hábitos positivos y, sobre todo, que esto es un proceso constante.
Las trampas del auto-control
Al mirarlo bien, entendés que el auto-control es como un músculo que tenés que ejercitar y que, como todo, implica un trabajo constante; de hecho hay 3 problemas de los que nadie habla, especialmente en el mundo emprendedor, donde parece que nadie se anima a hablar de salud mental, y que son consecuencia directa de buscar el auto-control pero sin una estrategia.
- La dependencia excesiva puede conducir al estrés: ejercitar constantemente el autocontrol puede ser mentalmente agotador, y eso conduce al stress y agotamiento, una paradoja porque es lo que estás buscando evitar.
- Puede reducir el disfrute: un auto-control estricto puede limitar la capacidad de disfrutar de momentos espontáneos o de darse pequeños placeres.
- Efecto Rebote: constantemente analizar tus actos y suprimir los deseos puede llevar a un fuerte efecto rebote, donde el autocontrol se rompe y terminas dándote permiso para todo o explotás y tenés UN momento donde generás una situación inexplicable.
Las 3 ventajas del auto-control
Hay mil libros, estudios y artículos para leer sobre el autocontrol. Y aunque en general el auto-control se piensa como una forma de no caer en provocaciones la realidad es que hay 3 cosas que podés sacar si lo ejercés bien:
- Mejor toma de decisiones: si sos capaz de reflexionar, vas a valorar beneficios y ventajas a largo plazo, sobre tentaciones a corto plazo.
- Conseguir objetivos personales y profesionales: si tus decisiones toman en cuenta los beneficios a largo plazo, la consecución de objetivos se hace más simple (compounding!) y eso va a bajar tus niveles de estrés.
- Mejora en relaciones: esto me parece clave a mí; si sos capaz de entender y manejar las emociones, el auto-control generará interacciones más saludables y empáticas con los demás.
Aprendé, perdoná, planificá
Nadie es perfecto: si perdiste el control tenés que entender que ya pasó y que no podes resolverlo, pero podés enfocarte en entender y mejorar. Quizás la mejor técnica es dividir en 3 partes el “post-explosión”:
- Reconocer y aprender: reconocé el desliz como una oportunidad de aprendizaje, no como un fracaso, para entender los desencadenantes y mejorar las estrategias.
- Perdónate a vos mismo: practicá la autocompasión para evitar el diálogo interno negativo y la culpa, entendiendo que las recaídas son parte del proceso.
- Planificar para futuras tentaciones: elaborá estrategias sobre cómo manejar situaciones similares de manera diferente en el futuro, reforzando tus mecanismos de autocontrol.