Paradojas tecnológicas y de vida
Resulta que a una persona conocida le diagnosticaron una enfermedad en un ojo. Esta persona tiene 55 años, es muy deportista: corre, monta bicicleta, le gusta caminar, etc; también tiene una computadora en casa y depende de ella para trabajar (aunque no al 100%). Hace unos días este conocido tenía una molestia en un ojo y decidió ir al doctor a cerciorarse que no fuera nada serio, sin embargo, todo fue más complicado de lo que él esperaba. No estoy seguro de cuál fue el dianóstico exacto, aunque la catástrofe para él fue que el doctor le ordenó llevar una vida más tranquila, sino podría perder la visión en un ojo, eso quiere decir que nunca más puede practicar deporte ni nada que lo haga moverse con brusquedad y no puede usar computadoras por el resto de su vida. En resumen, tiene que cambiar todo su estilo de vida para no perder su vista, lo que puede ser para él casi como morirse, porque su forma de recrearse murió y ya no podrá trabajar como lo hace ahora. (¿Cómo se puede!
trabajar
sin computadoras!)
De todo esto surge una gran paradoja: cambiar una vida que aman sobre todas las cosas por una vida distinta (muy pasiva y aburrida) ; o seguir en lo mismo y perder la visión. Difícil elección desde mi perspectiva.
Esto me lleva al fondo del asunto: qué harían ustedes si un doctor les dijera ahorita, ya, que no pueden usar nunca más una computadora y Palm porque sino perderán la visión. ¿Ustedes prefieren perder un ojo, o usar computadoras y demás gadgets por el resto de sus vidas tuertos? Cada uno tendrá su opinión, pero está claro que no es sencillo.
Yo lo tengo claro. Si tuviera 55 años quizás prefiera seguir con esa vida que tanto amo y perder la visión no significaría tanto; pero a mis actuales 26 años me alejaría, con todo el pesar el mundo, de este mundo de tecnología que tanto amo, quizás en un futuro inventen un tratamiento. Tendría que volver a la agenda de bolsillo, un lugar dónde apuntar números de teléfono, a un teléfono en blanco y negro con números grandes, a leer libros en papel, a apuntar los cumpleaños en quién sabe dónde, a usar el despertador, a no usar nunca más el email, a escribir mis cartas a mano y trabajos en máquina de escribir, a tener listas apuntadas en cuadernos, a usar un diccionario inglés-español o uno español-español, a no usar nunca más usar el RSS o internet, etc, etc. Un desastre vaya, pero yo lo haría.
Algunas incógnitas: ¿Exactamente por qué el doctor le prohibió usar monitores de computadora? ¿Será por el esfuerzo que supone ver letras pequeñas o será por el exposición a la radiación del monitor? Me parece (sino alguien me puede corregir), que ambos podrían tener solución. Una alternativa sería cambiar la resolución del monitor por otra donde se vea todo más grande, otra es usar las herramientas que tiene el mismo Windows para gente con problemas de visión y la última podría ser usar un monitor especial (puede ser plano) que garantice una baja radiación. Si el doctor tenía 60 años dudo que conozca algo de esto.
En todo caso en la pregunta que les hice no tienen alternativa. ¿Qué harían ustedes ante tal paradoja?
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