El Ejercicio del Enfoque de la Mañana

Vamos a practicar el ejercicio durante el desayuno. Y, dándole además un pequeño giro, vamos a preparar un nuevo “desayuno de campeones”. El ejercicio unifica en realidad dos hábitos que, aunque puedan parecer distintos, son dos caras de la misma moneda: decidir en qué vas a concentrarte y qué vas a dejar de lado. Y tiene estos dos pasos:

PASO 1: Decidir tu Foco: Mientras te tomas ese primer sorbo de café o disfrutas de tu desayuno favorito, dedica un momento para decidir en qué cosas te vas a concentrar. ¿Cuál es esa tarea, proyecto o actividad que si avanzas en ella hoy, te hará sentir que el día valió la pena? Saber enfocar tu energía, decidir dónde vas a poner tu esfuerzo, tener claro hacia dónde vas a apuntar, e identificar en qué cosas vas a “invertirte” es cada vez más importante.

PASO 2: Definir lo que NO vas a hacer: Aquí viene la parte liberadora… tan o más importante que la anterior: decidir qué es lo que definitivamente no vas a hacer en la primera hora de tu día (o en el primer tramo de la jornada). Pueden ser cosas que quieres hacer en otros momentos, o bien cosas que definitivamente quieres evitar. Pueden ser malos hábitos, actividades “come-tiempo”, tareas menores que te interesa dejar para el final del día. Tener en mente eso te ayudará a dirigir tu Tiempo-Energía-Atención hacia donde quieres y evitar que otras cosas te la quiten.
¿Por Qué Justo en el Desayuno?

Te propongo el desayuno pero no tiene que ser necesariamente justo en ese momento. Puedes hacerlo al levantarte, mientras te duchas, haces ejercicio a primera hora, camino del trabajo… lo importante es hacerlo cuanto antes mejor.

Realizar este ejercicio al comenzar el día actúa como un ancla, un recordatorio físico y mental de tus prioridades. Te centra, te da dirección y te permite ver las cosas con más nitidez. Es cuando puedes fijar tu intención con más claridad, porque las carreras, las urgencias y los demás todavía no se han apoderado de tu tiempo.

Es verdad que empezar el día con una intención clara, con una dirección, no garantiza que vas a conseguir seguir ese camino. La actividad del día o los demás pueden cambiarte todo eso, y seguramente será así. Pero marcar ese rumbo de inicio, esa claridad de ideas y esa intención, es vital para dar en la diana. Esa intencionalidad reduce la fricción para entrar en acción, y facilita un inicio de día fluido y productivo.
Cada nuevo Día... Empieza el Anterior

Hay un paso adicional que puede multiplicar sus efectos, y que quiero compartirlo contigo, por todas las satisfacciones y resultados que me ha dado estos años. Es el Enfoque de la Noche. Consiste en dedicar unos minutos cada noche para prepararte para el día siguiente es como poner los cimientos para una jornada de éxito.

PASO 3: Visualiza y Planifica tu Mañana: Antes de sumergirte en los brazos de Morfeo, tómate un momento para visualizar cómo quieres que sea tu mañana. ¿Qué vas a hacer mañana por tus prioridades? ¿Qué es lo verdaderamente importante? Si mañana tuvieras solo dos o tres horas, ¿en qué cosas deberías centrarte? ¿En qué tareas/actividades quieres poner mañana tu Tiempo-Energía-Atención?

PASO 4: Un Momento de Gratitud: Puedes también dedicar ese breve rato para reflexionar sobre lo que te ha aportado del día que termina. Aun cuando podemos haber tenido un día pésimo, SIEMPRE nos habrá dado más de lo que nos parece. La gratitud es un poderoso anclaje emocional que te conecta con lo positivo de tu vida, y te prepara mejor para el día que empezará mañana.
Conectando la Noche con la Mañana

Empezaba el artículo hablándote de un ejercicio/hábito y al final te he propuesto dos. Así que sí, te he colado un dos por uno. Pero como ves la combinación de estos dos ejercicios de cierre e inicio del día es muy poderosa, y crea un ciclo virtuoso que refuerza tu intencionalidad y productividad. No solo estás estableciendo tus prioridades al comenzar el día, sino que también te estás preparando para enfocarte y actuar sobre tus prioridades desde la noche anterior.

Así que mañana, cuando empiece tu día o te sientes a desayunar, recuerda que no es solo un momento para alimentar tu cuerpo, sino también para fijar tu rumbo y preparar tu foco. Ojalá que este nuevo “desayuno de campeones” te aporte tanto como a mí, y se convierta en un trampolín para un día de éxito y resultados. No tengo dudas de que te transformará.

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